Esta semana se publicaba la noticia de que en España, el IPC (índice de precios al consumo) de septiembre se ha fijado en el 2,9%. Estamos acostumbrados a este tipo de mensajes, sabemos que implica que los bienes y servicios que consumimos nos cuestan más que antes, pero no solemos ser conscientes de qué es en realidad la inflación y qué repercusiones tiene en nuestras inversiones. Salvo que tenemos que protegernos de ella.
Recordad que uno de los principales argumentos de nuestra tesis de inversión es que la inmobiliaria supone un refugio contra la inflación.
El principal problema cuando hablamos de inflación es que nos limitamos a considerarla por su efecto más visible: los precios de aquello que consumimos son más elevados de lo que solían serlo.
De hecho, nos hemos acostumbrado a que los precios tengan que subir. Como si fuese una ley universal. Pero cuando lo analizas detenidamente ves que no tendría por qué ser así.
Si hay una ley no controvertida por ninguna escuela económica actual (considero superados tanto la teoría del valor-trabajo como el marxismo. Cuando abra un blog para nostálgicos, os aviso), es que los precios se forman por el cruce entre la oferta y la demanda. De esta manera los precios suben cuando aumenta demanda o se reduce la oferta de un determinado bien, y bajan cuando sucede lo contrario.
Hasta aquí, creo que no hay controversia posible, ni me sale ningún titular clickbaitero.
Por otro lado tenemos que el dinero es una tecnología (habitualmente se denomina institución, pero me puede mi background) que nos permite eficientar el trueque de bienes y servicios. El dinero es una capa de abstracción que se sitúa entre dos personas que están intercambiando algo, pero les permite que el intercambio no sea directo y que no necesariamente el intercambio tenga que ser simultáneo. Trueque 2.0.
Este trueque acelerado y asíncrono nos permite ser mucho más efectivos en el comercio, y también atender a diferentes formas de entender el mundo y gestionar los riesgos. Hay quien hoy preferirá ahorrar dinero por si tiene que comprar algo mañana, y quien preferirá pedir dinero prestado porque espera generar un producto que le permita devolver ese dinero y obtener un beneficio. Todo son ventajas, oiga.
El asunto es que el dinero es varias cosas a la vez: medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor. Medio de pago en tanto alguien con quien comercias está obligado a aceptarlo como forma de liquidar una deuda. Unidad de cuenta en tanto nos ayuda a comparar el valor de diferentes bienes y servicios. Y por último reserva de valor en el sentido de que te permite diferir el momento de consumir lo que has producido.
Pero todos sabemos que esto último no se cumple “del todo”. Si guardas dinero la inflación se lo va comiendo y cuando quieras recurrir a él habrá perdido parte de su valor. Tus ahorros son una cantidad de dinero fija, los precios han ido subiendo, por lo que se erosiona la cantidad de bienes que puedes adquirir.
La cuestión es por qué suben los precios. Hay discursos políticos que defienden que los empresarios suben los precios por avaricia. Pero debe ser otra cosa, porque su avaricia es una constante. Siempre quieren cobrar el máximo posible por sus productos, como todo hijo de vecino.
Entonces quizás es que ha aumentado la demanda o se ha reducido la oferta. Esto ya suena más interesante, dado que hemos aceptado que los precios se forman por el cruce de oferta y demanda. Que se haya reducido la oferta es difícil de defender dado que la productividad no ha dejado de aumentar durante siglos. Por otro lado no puede aumentar la demanda de todos los productos a la misma vez. O te gastas el dinero en pollo o en ternera, pero no en ambos a la vez, por lo que tendría que subir el pollo y bajar la ternera, o viceversa. Y vemos que la inflación supone que en agregado, los precios suben más que bajan.
Luego, si no es por la avaricia de los empresarios, y no es por desequilibrios en la oferta y la demanda (antes de que alguien entre en shock, más adelante añadiremos algo sobre esto, pero la divulgación tiene su precio a pagar en matices), ¿por qué suben los precios? Pues porque el dinero ha dejado de cumplir su segunda función, la de unidad de cuenta.
Recordemos que el dinero es una capa de abstracción. Una representación de la realidad, que podemos acomodar a nuestra conveniencia (más bien a la conveniencia de quien tiene el monopolio de la emisión de dinero, los bancos centrales). Si considerásemos todos los bienes de la tierra y los representásemos en una cantidad de dinero fija, los precios no subirían ni bajarían de forma agregada. Para que unos subiesen, otros tendrían que bajar.
La cuestión es que la cantidad de dinero no es fija. Desde el abandono del patrón oro en 1971, los bancos centrales (y en última instancia los políticos) deciden a su único criterio cual es la cantidad adecuada de dinero en circulación. Es decir, que si antes representábamos los bienes de la Tierra en una cantidad de dinero, ahora tenemos los mismos bienes pero mucho mas dinero, por lo que la cantidad de dinero que asignamos a cada bien es mayor. Es decir, si antes correspondían 5€ a un melón, ahora le corresponden 7€, y por tanto su precio sube.
Lo que está cambiando no es el valor de los bienes, sino la escala del “metro” con el que medimos su valor.
Y los políticos siempre (pero siempre, siempre) tienen buenos motivos para anular la función de la unidad de cuenta del dinero: desde pagar los gastos de una guerra a impulsar la economía tras una crisis tecnológica o financiera, o atender los gastos de una pandemia, o que ir introduciendo un poco de más dinero en el sistema dinamiza la economía (te fuerza a movilizar el dinero, porque sino lo gastas o inviertes, se deteriora), o que si aumenta la producción y hay más bienes que representar en dinero hay que aumentar la cantidad de dinero en una proporción similar.
Esta última es mi preferida, porque en realidad el valor ni se crea ni se destruye, solo cambia de bolsillo. El valor de cualquier nuevo bien creado sale de los bienes de la misma naturaleza que ya existen. Cuando en mi pueblo había un solo coche, este tenía un valor, uno enorme por su exclusividad, que luego fue perdiendo con cada coche adicional que fue apareciendo. El valor de los nuevos coches salía del coche existente.
Importante: no confundamos nunca riqueza o valor con comodidad. El valor es fijo, solo cambia su reparto. La comodidad puede aumentar y cubrir a muchas personas.
Volviendo a los políticos y sus explicaciones, si nos atenemos a los hechos, cada vez que emiten más dinero lo hacen para poder pagar los gastos del Estado. Como no les alcanza con el que tienen, en lugar de producir bienes producen moneda, devaluando el dinero existente.
La cuestión es que el impacto en los precios no es inmediato. Para que suban los precios de los bienes tiene que haber demanda de ellos, y a veces, dado que el dinero se supone que es reserva de valor, la gente prefiere esperar para consumir, lo que baja la demanda temporalmente y hace que los precios bajen. Pero en realidad no bajan, porque como se añade más dinero al sistema, los precios quedan equilibrados o incluso aumentan.
Ahora bien, ¿qué sucederá cuando tarde o temprano ese dinero ahorrado quiera adquirir bienes y servicios? Por ejemplo cuando la gente tenga miedo y quiera protegerse de algo, o que piense que el dinero se va a devaluar… Pues que saldrán a comprar bienes en masa y los precios de estos subirán disparados. Profecía autocumplida, por cierto.
Tras el anuncio de la guerra de Ucrania y otros conflictos que se nos han acumulado hemos tenido dos años de alta inflación, sin que haya aumentado especialmente la masa monetaria en este periodo, porque había dinero embalsado que ha aflorado de golpe.
Aunque la inflación es un tema sobre el que se podría hablar horas, llego a mi límite autoimpuesto de consumo de vuestra muy valorada atención dominical, dejándoos una pregunta: Dado que desde el año 2.000 el balance de los principales bancos centrales se ha multiplicado por 8 y la masa monetaria se ha multiplicado por 3, ¿qué creéis que va a pasar con los precios cuando todo ese dinero embalsado reclame los bienes existentes?
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